La brecha digital hace referencia a la desigualdad en el acceso, uso o impacto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) entre grupos sociales. Estos grupos se suelen determinar en base a criterios económicos, geográficos, de género, de edad o culturales.
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Por una parte, están las desigualdades económicas entre diferentes países o regiones. El alto coste de la adopción de las TIC hace muy complicado que éstas se puedan usar en los países menos desarrollados, donde las principales preocupaciones se centran en la supervivencia diaria. En este caso, se hablaría de brecha digital económica
Es evidente que las personas más jóvenes y que han nacido en la era de las nuevas tecnologías, están más acostumbradas a utilizarlas y a considerarlas como parte de su día a día. Sin embargo, las personas de edad más avanzada tienen muchas más dificultades a la hora de manejar aparatos o equipos que no han existido durante gran parte de su vida. Incluso hay muchos casos en los que la población de mayor edad directamente evita estas tecnologías por voluntad propia.
Una de las consecuencias de la brecha digital en áreas rurales o remotas es la incomunicación de los habitantes. En las zonas urbanas se puede dar el efecto contrario, esto es, una excesiva dependencia de las TIC que provoque un progresivo aislamiento social.
El límite al acceso a conocimientos en el área de la informática y las telecomunicaciones también puede ser una barrera al desarrollo personal o profesional.
Otra consecuencia de la brecha digital es que hace más patentes las desigualdades sociales. El analfabetismo digital puede provocar rechazo en diferentes ámbitos, ya sea el social o el laboral.
Soluciones:
Para paliar este problema y poner freno a la brecha digital no son pocas la iniciativas que, en todo el mundo, se llevan a cabo. El objetivo es que ese Internet que cada vez resulta más determinante en nuestro día a día llegue hasta cada rincón del planeta, en ayuda de los que lo puedan necesitar.
En nuestro país, por ejemplo, contamos con iniciativas como el ‘
Plan Estatal de Banda Ancha‘ (PEBA), que es un plan de cobertura vía satélite y con acceso a 30 megas puesto en marcha por el Ministerio de Agricultura y Pesca y destinado a poblaciones de menos de 1.000 habitantes. Uno de sus objetivos es llevar la fibra óptica y las herramientas de 4G a las zonas rurales.