El término se acuñó cuando se empezó a utilizar las primeras máquinas de escribir (mecánicas). Con el avance de la tecnología se han desarrollado otros métodos para realizar dicha tarea, al mismo tiempo que se facilita su labor. Algunos de estos mecanismos son los punteros o apuntadores, los ratones y el reconocimiento de voz.
Debido a estos cambios y al consecuente menor uso de las máquinas de escribir (mecánicas) propiamente dichas así como de sus sucesoras eléctricas, así como de las híbridas denominadas «procesadoras de palabras» (quasicomputadoras), el vocablo ha quedado obsoleto.[cita requerida] Resulta más apropiado dactilografía, que se usa en francés (dactilographie) y en portugués: (datilografia). Entre otros, lo emplea el laureado con el Premio Nobel de Literatura de 2010 Mario Vargas Llosa.
En la actualidad, en lengua española, se utilizan los términos mecanógrafo y mecanógrafa para denominar a personas con conocimientos de mecanografía, es decir que, con soltura (a alta velocidad, sin necesidad de mirar el teclado) son capaces de introducir texto en una máquina de escribir. Además la mecanografía es una asignatura que por lo general suele impartirse a jóvenes que cursan la secundaria. En algunas escuelas esta disciplina incluye taquigrafía: taquimecanografía. Entre otros ejercicios que se realizan en la clase («taller») de mecanografía, se emprenden prácticas de tres quintetos, hojas enteras, etc.
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